Principio de la
Educación Parvularia
Principio
de bienestar Toda situación educativa debe propiciar que cada niña y niño se
sienta plenamente considerado en cuanto a sus necesidades e intereses de
protección, protagonismo, afectividad
y cognición, generando
sentimientos de aceptación, confortabilidad, seguridad y plenitud, junto al
goce por aprender de acuerdo a las situaciones y a sus características
personales. Junto con ello, involucra que los niños vayan avanzando paulatina y
conscientemente en la identificación de aquellas situaciones que les permiten
sentirse integralmente bien, y en su colaboración en ellas.
Principio
de actividad La niña y el niño deben ser efectivamente protagonistas de sus
aprendizajes a través de procesos de apropiación, construcción y comunicación.
Ello implica considerar que los niños aprenden actuando, sintiendo y pensando,
es decir, generando sus experiencias en un contexto en que se
les ofrecen oportunidades
de aprendizaje según sus posibilidades, con los apoyos pedagógicos necesarios
que requiere cada situación y que seleccionará y enfatizará la educadora.
Principio
de singularidad Cada niña y niño, independientemente de la etapa de vida y del
nivel de desarrollo en que se encuentre, es un ser único con características,
necesidades, intereses y fortalezas que se deben conocer, respetar y considerar
efectivamente en toda situación de aprendizaje. Igualmente,
se debe tener en cuenta
que la singularidad implica que cada niño aprende con estilos y ritmos de aprendizaje
propios.
Principio
de potenciación El proceso de enseñanza-aprendizaje debe generar en las niñas y en
los niños un sentimiento de confianza en sus propias capacidades para enfrentar
mayores y nuevos desafíos, fortaleciendo sus potencialidades integralmente.
Ello implica también una toma de conciencia paulatina de sus propias
capacidades para contribuir a su medio desde su perspectiva de párvulo.
Principio
de relación Las situaciones de aprendizaje que se le ofrezcan al niño deben
favorecer la interacción significativa con otros niños y adultos, como forma de
integración, vinculación afectiva, fuente de aprendizaje, e inicio de su
contribución social. Ello conlleva generar ambientes de aprendizaje que
Favorezcan las relaciones
interpersonales, como igualmente en pequeños grupos y colectivos mayores, en
los cuales los modelos de relación que ofrezcan los adultos juegan un rol
fundamental. Este principio involucra reconocer la dimensión social de todo
aprendizaje.
Principio
de unidad El niño como persona es esencialmente indivisible, por lo que
enfrenta todo aprendizaje en forma integral, participando con todo su ser en
cada experiencia que se le ofrece. Ello implica que es difícil caracterizar un
aprendizaje como exclusivamente referido a un ámbito específico, aunque para
efectos evaluativos se definan ciertos énfasis.
Principio
del significado Una situación educativa favorece mejores aprendizajes cuando
considera y se relaciona con las experiencias y conocimientos previos de las
niñas y niños, responde a sus intereses y tiene algún tipo de sentido para
ellos. Esto último implica que para la niña o el niño las situaciones
educativas cumplen alguna función que puede ser lúdica, gozosa, sensitiva o
práctica, entre otras.
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